GRIPE AVIAR: LOS PÁJAROS TIENEN AHORA SU PANDEMIA
La gripe aviar es una de las enfermedades más infecciosas que se conocen. Afecta principalmente a las aves de corral, pero también se puede extender a las salvajes, ocasionalmente infectando a mamíferos, entre ellos los humanos. Su número R0 (es decir, el número de individuos a los que contagia un enfermo) en aves puede llegar a ser 100. Como comparación, el R0 del covid-19 ha sido 3 para la variante ancestral de Wuhan y 18,6 para las últimas subvariantes de Ómicron. Los de otras enfermedades humanas muy contagiosas, como la viruela y el sarampión, oscilan entre 3,6-6 y 12-18, respectivamente.
Es una enfermedad muy mortífera en pollos de corral, más leve en patos y gansos. No obstante, cuando ha saltado a humanos, la mortalidad estimada ha sido del 50%. De hecho, un estudio de 2014 utilizando una novedosa técnica de “reloj mutacional” apunta a que la gripe de 1917 fue, muy probablemente, una gripe aviar. En estos momentos, la cepa de gripe aviar que está circulando entre las aves (y quitando el sueño a los epidemiólogos) se denomina H5N1.
¿Cómo es la cepa H5N1?
Si esta cepa de la gripe aviar llega a causar una pandemia entre los humanos, no será por falta de avisos. La primera vez que se detectó H5N1 fue en una granja china de gansos en 1996. Después, en 1997 hubo un gran brote en Hong Kong, a consecuencia del cual el virus infectó a humanos, causando las primeras muertes documentadas. En 2005 el virus comenzó a infectar a las aves migratorias, que lo han extendido por el mundo desde entonces. Desde 2003 se han producido 864 casos en humanos, resultando en 456 muertes. Es decir, más de un 50%, como he indicado anteriormente. Por eso, no es un tema para tomárselo a la ligera.
¿Por qué han saltado las alarmas en 2023?
En 2020 apareció una mutación en la cepa H5N1 que la convirtió en más contagiosa, y desde entonces se hace un seguimiento más estricto de la enfermedad en las aves. Al transmitirse a través de aves migratorias, la gripe aviar tiene su propia estacionalidad, con brotes importantes en la época de la primavera, que es cuando llegan estas aves. O por lo menos así era antes del 2020. Ahora ya no se puede hablar de estacionalidad, y los dueños de granjas avícolas están todo el año con el corazón en un puño temiendo que su granja sea la próxima en presentar un caso positivo y tener que sacrificar miles de animales. Podemos hablar ya de una pandemia entre las aves.
Pues bien, en la presente temporada, que comenzó en septiembre de 2022, la gripe aviar ha vuelto a resonar en nuestras mentes tras tres años prestándole menos atención por estar centrados en el covid. Todo comenzó en Europa y aledaños en otoño. En Reino Unido se decretó que todas las aves de corral debían permanecer en el interior debido a la gran incidencia de casos, para evitar que la enfermedad se extendiera aún más. Simultáneamente, en España dos trabajadores de granjas resultaron positivos para el virus. Esta variante también ha llegado a EEUU, donde ha provocado el peor brote desde la temporada 2014-2015, cuando murieron 50 millones de aves (en esta temporada van de momento 56 millones). Predeciblemente, desde EEUU ha alcanzado Sudamérica, transportada por las aves migratorias.
Infecciones de mamíferos
Y eso no ha sido lo peor. Lo que realmente ha saltado las alarmas y aumentado el nivel de preocupación ha sido la concentración de contagios de mamíferos con el virus durante esta temporada, tanto en Europa como América. Normalmente este es un virus adaptado a unos receptores específicos que existen en las vías respiratorias de las aves, por eso es muy difícil que salte a los mamíferos. Pero esta vez algo ha cambiado y está afectando a mamíferos de todo tipo: osos, zorros, gatos, hurones, visones, focas y delfines. Con esta incidencia en mamíferos, no es de extrañar que también se hayan dado casos en humanos: seis casos confirmados, con una muerte.
Entre los casos de mamíferos destaca uno, precisamente en España, que ha resonado mucho a nivel internacional. Os cuento primero el caso y después os explico por qué se ha hablado tanto de él. El brote ocurrió en octubre de 2022 en una granja de visones de Galicia y está muy bien documentado en un artículo publicado en la revista de epidemiología Eurosurveillance. En el artículo se detalla cómo apareció el brote el 4 de octubre con 2 casos y se extendió rápidamente. Según los autores, aunque los visones eran alimentados con restos de animales de granjas avícolas, no se habían dado brotes en este tipo de granjas en Galicia, con lo que es difícil que los animales se infectaran así. Sin embargo, sí se había detectado el virus en aves salvajes cerca de la granja, con lo que esa debió ser la vía de entrada. Al detectarse muy pronto el brote, se pudo observar cómo los casos fueron aumentando, y al parecer la enfermedad se transmitía de una jaula a otra. El 18 y 26 de octubre se realizaron testeados aleatorios y resultaron positivos 12 de 13 animales.
Se secuenció el virus y se comprobó que coincidía con la cepa que había estado circulando desde mayo en aves salvajes, pero con una mutación añadida “que puede tener implicaciones de salud pública”. La razón de este comentario (traducido literalmente del artículo original) es que la mutación en cuestión es la misma que contenía el virus que provocó la pandemia de gripe A humana del 2009, y podría conferir alguna ventaja en humanos. Esta mutación no se había detectado anteriormente en 2021 y 2022, con lo que piensan que puede (a) haber pasado desapercibida entre las aves salvajes hasta ahora; (b) haberse originado en la granja de visones. Los autores del estudio concluyen que “puede haberse dado transmisión del virus de unos visones a otros. Esto se deduce por el incremento del número de casos desde que se detectó el brote y por la progresión de la infección desde el área afectada inicialmente hasta abarcar toda la granja”. Finalmente, se tuvieron que sacrificar más de 50.000 animales.
El caso es que este artículo ha sido el detonante de la alarma entre los epidemiólogos del mundo entero, y os explico por qué. El problema con los visones es que estos animales son susceptibles de infectarse tanto con la gripe aviar como con la humana, y su reacción inmunitaria a la gripe humana se parece mucho a la nuestra. De hecho, los hurones, genéticamente muy similares a los visones, se utilizan sistemáticamente para estudios de vacunas de gripe humana en laboratorio. Por tanto, el hecho de que un virus de gripe aviar (conteniendo una mutación que se ha encontrado en un virus humano que provocó una pandemia) se haya transmitido entre los visones de una granja, es el tipo de evento que aparecería al comienzo de una serie de ficción sobre una pandemia humana. No quiere decir que el virus vaya necesariamente a desatar una pandemia entre los humanos: esto todavía es altamente improbable. Pero sí significa que entramos en un territorio en que debemos estar muy pendientes de la evolución del virus.
Aparte del brote de la granja española, también ha habido en Perú un gran brote entre aves salvajes que se expandió a los mamíferos, resultando en la muerte de 585 leones marinos. Ante tal número de muertes de mamíferos, también surge la pregunta de si todos ellos se habrían alimentado de aves enfermas, o por el contrario la infección se transmitió de unos a otros. Por desgracia, al no haberse podido realizar un seguimiento como el de la granja de visones, probablemente nos quedaremos sin respuesta.
¿Qué posibles escenarios tenemos?
Aparte del daño económico, que está siendo grande entre los granjeros avícolas (convirtiendo esta profesión en una de alto riesgo económico), y el impacto ecológico de la muerte de tantas aves salvajes, se pueden dar varios escenarios. El primero y más probable es que todo se quede en un susto, el virus se vaya como vino (o al menos se mantenga contenido), y no volvamos a oír hablar de pandemias humanas en muchos años, con suerte otros 100. El segundo es que el virus se adapte a los mamíferos (o que ya lo haya hecho y esté circulando entre ellos sin que nos demos cuenta), pero no sea capaz de dar el salto a los humanos. El tercero es que el virus salte a los humanos y produzca un brote semejante al de 1997 en Hong Kong, nos llevemos el gran susto, pero consigamos atajarlo gracias a la reciente experiencia de la pandemia de covid-19. Precisamente por tener tan reciente una pandemia, es extremadamente improbable que la gripe aviar provoque otra pandemia del estilo de la de 1918. Pero la probabilidad no es 0 (no lo suele ser tratándose de virus). No olvidemos que, cuando nació la humanidad, los virus ya llevaban la friolera de 3500 millones de años dando vueltas por el mundo.