5 ERRORES QUE SE HAN COMETIDO DURANTE LA PANDEMIA DE COVID-19
La OMS acaba de declarar el fin de la emergencia médica internacional en relación con la pandemia de COVID-19. Son buenas noticias en el aspecto de que se ha avanzado mucho con las vacunaciones y la enfermedad ya no es lo que era. Quizá ahora es un buen momento para repasar aquello que se ha hecho mal durante la pandemia y no se debería repetir en la próxima:
1) Certificados de vacunación
Una vez que se comenzó a vacunar, se implantaron en muchos países los llamados “certificados de vacunación” que determinaban algunas de nuestras actividades, como entrar en determinados lugares o viajar. La asunción era que las personas vacunadas no transmitían el virus, pero en realidad no era así, y los científicos llevábamos tiempo avisando de ello. Al final, cuando se demostró fehacientemente que las vacunas evitaban las muertes, pero no la transmisión del virus, este tipo de medidas se fueron abandonando. Pero quedó la sensación en la población de haber sufrido medidas absurdas, lo cual se extrapoló a otras medidas, como las mascarillas, que sí estaban justificadas y tuvieron un importante efecto en la transmisión del virus.
2) Polémica sobre el origen del SARS-CoV-2
Desde el principio de la pandemia se intentó determinar cómo había surgido este virus tan letal. Surgieron varias teorías, que al final se redujeron a dos: la de un origen natural (es decir, transmisión directa de animales a humanos), o un escape de un laboratorio. El debate aún no ha acabado, pero lo que sí ha llamado la atención es la actitud de los científicos que defienden el origen natural, quienes, sin ser capaces de presentar pruebas convincentes (lo cual hubiera acabado con la polémica), se han dedicado a atacar a quienes dudaban del origen natural, tachándolos de “conspiranoicos”. Esta actitud ha dejado con muy mal sabor de boca a quienes, no siendo expertos en epidemiología, querían escuchar a las dos partes para hacerse su propia composición de lugar. E, independientemente de cuál vaya a ser el veredicto final, ha dejado en muy mal lugar a la ciencia frente al público general.
3) Abandono de la batalla contra los antivacunas
Los movimientos antivacunas han estado desde el principio clamando contra las vacunas covid, esgrimiendo información falsa o manipulada y artículos retractados para apoyar sus argumentos. En un inicio, científicos y periodistas se volcaron en intentar combatir esta peligrosa tendencia. Pero, al ir reduciéndose las muertes gracias a la vacunación y regresar una cierta normalidad, cada cual volvió a sus temas anteriores. Todos, menos los antivacunas, que han seguido con su campaña. ¿Qué ha pasado al final? Que han conseguido que muchas personas achaquen a las vacunas problemas médicos y secuelas que son claramente atribuibles al virus. Y también han conseguido que se reduzca el número de padres que vacunan a sus hijos con las vacunas infantiles, que tantas vidas salvan. Un claro y triste retroceso histórico en salud pública.
4) Ignorar las secuelas del virus
La mayoría de los esfuerzos de las autoridades de salud pública durante la pandemia han ido dirigidos a reducir las muertes. En un principio era normal, pero al avanzar las vacunaciones y reducirse las muertes, se ha visto que el virus provoca un espectro muy amplio de secuelas que no son eliminadas por las vacunas. Al ser síntomas muy diversos, y en muchos casos tener consecuencias a largo plazo, como puedan ser un inicio de diabetes o un aumento de la presión arterial, no se ha prestado suficiente atención. Y no sólo eso: a veces se han achacado estas secuelas a los efectos de los confinamientos. Es una actitud muy equivocada que, combinada con el deseo de pasar página con respecto a la pandemia, nos dejará con una huella de datos médicos que habrá que explicar de algún modo en el futuro. Y los confinamientos habrán quedado ya tan atrás en el tiempo que no serán una explicación plausible.
5) Comparación con la gripe
Aunque es cierto que, vacunas mediante, el número de muertes por covid ha descendido enormemente, aún se siguen produciendo muchas. El riesgo de muerte por covid es un 60% mayor que por gripe. No parece mucho, pero si a esto sumamos que el covid no es estacional, sino que está ahí todo el tiempo, el número de muertes sigue siendo muy elevado. En EEUU, por ejemplo, aún se producen más de 1.000 muertes semanales por covid. Si a esto sumamos la larga lista de secuelas que deja el virus, está claro que esta enfermedad no es una simple gripe, ni deberíamos tratarla como tal. Pero esa está siendo la tendencia. No puede una dejar de preguntarse cómo se interpretará en el futuro ese rastro de muertes y secuelas: ¿efecto de los confinamientos y mascarillas? ¿de las vacunas? La Historia nos lo dirá en unos años.
Esta lista de errores cometidos no quiere decir que todo se haya hecho mal. Ha habido numerosos aciertos, a los que me referí anteriormente (https://canelles.substack.com/p/lo-que-trajo-la-pandemia-y-se-quedara). Pero, si queremos sacar una lección, debemos estudiar los errores y qué los causaron, para no volver a tropezar con las mismas piedras en el futuro.